martes, 21 de agosto de 2012

Democracia, sí, pero con gobernantes elegidos al azar

     Adoro la Democracia. Lo que me gusta en especial de esta forma de gobierno es que cualquiera puede ser gobernante. Y, para mí, ésa es la esencia de la democracia. No un determinado sistema de valores morales;  puesto que cada pueblo tiene particularidades que su propia historia ha ido forjando. Tampoco un determinado sistema de elección de los gobernantes, puesto que cada pueblo es libre, precisamente, para establecer la forma en que sus gobiernos llegan a serlo.
     Por eso me gustó una noticia que salió en el "New York Times" hace poco sobre el método que eligieron los habitantes de Cave Creek, un pueblito del Estado de Arizona en EE.UU., para elegir su diputado: el azar.



     La competencia por el cargo era entre Adam Trenk (profesor de ciencias retirado) y Thomas McGuire (estudiante de derecho). El acto se llevó a cabo con todas las formalidades necesarias. El juez del lugar eligió un mazo de cartas de entre varios que había dentro de un "stetson hat" (un sombrero de cowboy), sacó los comodines y barajó seis veces. Cortó sobre la mesa y haciendo un abanico dió a elegir a Mr. McGuire, quien sacó una carta: el 6 de corazones. Seguidamente, le llegó el turno a Mr. Trenk de sacar una carta... :¡el Rey de corazones! Y de esa forma Mr. Trenk llegó a ocupar su escaño.
     ¡Ésa es la verdadera Democracia!
     Con un sistema así realmente cualquiera puede llegar a ser gobernante. Fíjensé que, por el contrario, con el sistema de las democracias modernas, sólo los empresarios muy ricos o los políticos respaldados por empresarios muy ricos, pueden pagar el costo de una campaña electoral. ¡Un ciudadano pobre, por mejor preparado que esté, jamás podrá llegar a ser presidente! 
     De hecho, hace más de dos mil quinientos años, los atenienses también elegían a la mayor parte de sus autoridades mediante un sistema de sorteo (entre los hombres adultos y propietarios, claro; los niños, los esclavos y las mujeres no podían gobernar... ¡ni por azar!). Por supuesto hubo algunas voces que se alzaron contra ese sistema, por ejemplo la de Platón, que dijo que le parecía más razonable que gobiernen los mejores, los más inteligentes, los más preparados. Y aunque su teoría sobre el gobierno sonó plausible en un primer momento, en cuanto aclaró que "los mejores, los más inteligentes, los más preparados" eran él y sus discípulos -los llamados "filósofos"-, la gente los echó a pedradas.

Fuente: New York Times

No hay comentarios: