martes, 3 de agosto de 2010

Matando el tiempo

La autobiografía de mi epistemólogo preferido, Paul Feyerabend, tiene algunos pasajes dignos de este blog. Por lo bizarros, por lo humorísticos, porque se ríe de si mismo; cualidades que es rarísimo encontrar en un filósofo. Ya desde su título Feyerabend nos propone una perspectiva lúdica y descontracturada de la vida: "Matando el tiempo".

"Mi padre tenía dos hermanos y hermanas. El tío Kaspar era un caballero calvo de llamativos mostachos y un dedo índice amputado. Tenía firmes convicciones sobre casi todo. 'La disciplina es buena para el ama', decía al tiempo que me propinaba un pescozón. A los 65 años se casó con una muchacha de 20, y a los 66 se divorciaron. La tía Julie era una solterona adusta y de voz chillona. Intentó casarse, pero renunció cuando uno de sus pretendientes desapareció con sus ahorros. Se ocupó de llevar nuestra casa durante la guerra, despúes de la muerte de mi madre. Cuando se fue, salieron con ella la cubertería de plata, la vajilla, el dinero, el azúcar, la mantequilla y la harina (un bien escaso en tiempo de guerra).

"La tía Agnes estaba casada con un jefe de estación de Carintia. Les hicimos una visita cuando yo tenía 5 ó 6 años. Recuerdo las máquinas agrícolas de llamativos colores que estaban descargando, el tren que pasaba a toda velocidad por la tarde, el restaurante y el gallinero que había detrás de la estación. Pasé el tiempo subiendo y bajando por las colinas que flanqueaban la vía, y todavía conservo las cicatrices de las heridas que me hice al caer por un barranco. De vez en cuando entraba en el gallinero, cerraba la puerta y hablaba a los reclusos: una preparación excelente para mi trabajo posterior [profesor universitario]."

Sobre su padre recuerda: "Después de la muerte de mi madre, llevó la casa mientras yo estudiaba en la universidad. Cortejó a diversas damas, algunas de ellas casadas. Las visitaba en sus casas o las llevaba a actos instructivos: conferencias, manifestaciones, proyecciones de películas. Finalmnte insertó un anuncio en un periódico: 'Funcionario, jubilado pero bien cnservado, intereses intelectuales, busca mujer madura y sensible - matromonio no exluido'. Llegaron ochenta respuestas. Yo se las ordenaba de acuerdo con la edad, los ingresos y el estilo, y él salía en busca de su destino dos o tres veces por semana. Regresaba bien alimentado, embriagado por los vinos que las señoras había guardado durante la guerra, y aburrido como una ostra. Terminó con una mujer amable pero irascible y se mudó a vivir con ella a Bad Ischl".

3 comentarios:

Barriga Negra dijo...

¡Qué capo el padre de Paul Feyerabend!

alguno dijo...

¿Algún argentino que sepa dónde conseguir este libro?
Saludos.

Hercules dijo...

Yo lo compré aquí en Argentina. No recuerdo ya en que librería. Pero deberías recorrer las principales librerías de Corrientes y Santa Fe. Como decía Lita de Lázari: "camine, Señora, camine".
También deberías buscarlo en Mercadolibre.com.ar