Hay dos tipos de respuestas, según quien responda. Están aquellos que traen a colación la historia de la lucha obrera por reducir la jornada laboral, de aquellas 12 horas por día en Inglaterra en el siglo XIX, a las 8 del mundo globalizado en el siglo XX. Y ven la jornada de 8 horas como una "conquista". Y entonces la respuesta pasa siemplemente por una cuestión de fuerza: si tienen más fuerza los sindicalistas, la jornada laboral es mas corta, si tienen más fuerza los empresarios, la jornada es mas larga.
Después están los racionalistas, esa gente tan prudente que siempre busca respuestas muy racionales para todo. Estos te dicen que la jornada laboral es de 8 horas porque es un tercio de la duración del día. Y que es razonable dividir el día en partes iguales entre las tres actividades que necesariamente todo hombre debe realizar: a) trabajo, b) entretención y c) descanso. Así, uno dedicaría 8 horas a trabajar, 8 a entretenerse sólo o con amigos y 8 a dormir.
Pero lo que pasa con los racionalistas es que la vida real nunca se da como en sus ejemplos de laboratorio. Porque lo que se cumple "a rajatabla" es que los patrones te obligan a trabajar 8 horas, que además se convierten en 9 horas dedicadas a que él gane plata porque en el medio está la de almuerzo, durante la que en realidad estás pendiente y a disposición del jefe. Los otros dos tercios nunca se cumplen "a rajatabla". Por otro lado, a las 9 horas que uno dedica al trabajo (recuérdese que la de almuerzo es en función del empleo) hay que sumar la hora (aproximadamente) que uno tarda en ir al trabajo y la otra hora que uno tarda en volver del trabajo a su casa. Si bien es tiempo que uno no está propiamente trabajando, son horas que están ocupadas en función del empleo. Con lo que ya llevamos 11 horas para el trabajo (o sea para otro). Pero no hay que olvidar que cuando uno se levanta a la mañana entre que se baña, viste y desayuna tarda aproximadamente 1 hora en salir de su casa (y si sos mina y querés estar bonita, 2 horas). O sea que son 12 horas dedicadas al trabajo. O sea que no es un tercio, sino la mitad del día que el empleado dedica su energía vital a otro hombre o grupo de hombres, la patronal, para que ganen dinero (en general, a cambio de un magro salario).
En síntesis: una verdadera estafa esto de la jornada laboral de 8 horas.
Para empezar a hablar con la patronal, yo diría que si quieren que trabajemos un tercio del día, O.K., un tercio del día, sí, pero que sea un tercio de las horas "útiles". Lo que sería así: 6 - 6 - 6 y 2 horas in-útiles antes de cada tercio necesarias para prepararse para la actividad que vendrá.
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